Declaración sobre la violencia armada del Arzobispo Thompson
Los incidentes de asesinatos brutales y sin sentido que hemos presenciado en Estados Unidos durante las últimas semanas han aumentado más allá de toda comprensión. Se han arrebatado cruelmente vidas inocentes, incluidas las de niños pequeños. Estas tragedias indescriptibles han hecho que los padres, las familias y los miembros de la comunidad de muchas regiones de nuestro país se pregunten “¿Cómo ha podido ocurrir esto?” y exijan que todos nos unamos como humanidad para detener las masacres de vidas inocentes.
Los católicos de la Arquidiócesis de Indianápolis se hacen eco de las palabras del Papa Francisco tras la masacre de Uvalde, Texas: “Estoy desconsolado,” afirmó el Papa. “Rezo por los niños y los adultos asesinados, y por sus familias. [...] Es hora de decir ‘basta’ al comercio indiscriminado de armas.”
Como ciudadanos responsables procedentes de diversas comunidades del centro y sur de Indiana, compartimos el enorme dolor de nuestros hermanos y hermanas. Rezamos por ellos y nos comprometemos a abogar por acciones concretas y prácticas que puedan evitar que estas pesadillas se repitan.
Teniendo esto en cuenta, instamos encarecidamente a todos los legisladores del estado de Indiana y a los miembros del Congreso a que reflexionen sobre estos trágicos sucesos y se sientan movidos a actuar en consecuencia. Consideramos que existe algo fundamentalmente erróneo en una cultura en la que los delitos por odio racial y los actos de violencia—en las escuelas, en los lugares de culto, en las calles de la ciudad y en la plaza pública—son cada vez más frecuentes.
Estamos convencidos de que debe haber un diálogo respetuoso, seguido de acciones concretas, para crear una mayor conciencia social sobre todos los aspectos de esta crisis cada vez más horrible, lo que abarca la salud mental, la vida familiar, la dignidad de la vida humana, la influencia de las industrias del entretenimiento y del juego, el acoso escolar y la disponibilidad de armas de fuego. Entre los muchos pasos que se deben dar para hacer frente a esta violencia endémica está la necesidad de aprobar medidas razonables y eficaces de control de armas.
El Papa Francisco ha advertido en numerosas ocasiones que vivimos “en un mundo marcado por una ‘globalización de la indiferencia’ que poco a poco nos acostumbra al sufrimiento de los demás y a encerrarnos en nosotros mismos.” Asimismo, en el discurso que pronunció ante una reunión conjunta del Congreso de Estados Unidos en 2015, su santidad señaló que: “Aquí tenemos que preguntarnos: ¿Por qué se venden armas mortales a quienes planean infligir un sufrimiento indecible a las personas y a la sociedad?”
Somos muy conscientes de que la violencia en nuestra sociedad no se resolverá únicamente mediante una legislación, porque son muchos los factores que contribuyen a la violencia que presenciamos hoy en día. Aun así, nuestros dirigentes deben entablar un debate real sobre las medidas que se requieren urgentemente para salvar vidas y hacer que nuestras comunidades sen más seguras.
Pedimos a los miembros del Congreso que trabajen juntos de forma bipartidista. Con este fin, respaldamos las siguientes medidas recomendadas por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos en 2017:
- una prohibición total de las armas de asalto;
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medidas que controlen la venta y el uso de armas de fuego, como la comprobación universal de antecedentes para todas las compras de armas;
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limitación del acceso de los civiles a las armas de gran capacidad y a los cargadores de munición;
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una ley federal para criminalizar el tráfico de armas;
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mejorar el acceso a la atención de salud mental para quienes puedan ser propensos a la violencia;
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regulaciones y limitaciones en la compra de armas de fuego; y
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medidas que hagan que las armas sean más seguras, como seguros que impidan a los niños y a cualquier persona que no sea el propietario utilizar el arma sin permiso y supervisión.
Reconocemos la importancia de la Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, pero teniendo en cuenta los avances diarios de la tecnología moderna, y el hecho de que algunas armas tiene cada vez una mayor capacidad de causar asesinatos en masa cuando se utilizan con un propósito funesto, creemos que el bien común requiere medidas razonables para limitar el acceso a dichas armas por parte de aquellos que tienen la intención de hacer un mal uso de ellas.
Reverendísimo Charles C. Thompson
Arzobispo de Indianápolis
16 de junio de 2022