Buscando la
Cara del Señor
Las cartas de los estudiantes demuestran la bendición que son las escuelas católicas
Una de las extraordinarias funciones de la Iglesia Católica en Estados Unidos fue el desarrollo de nuestro sistema escolar católico.
El establecimiento de la Iglesia en Indiana no fue la excepción.
Desde el principio nuestro obispo fundador, Simón Bruté, y Santa Theodora Guérin, sabían muy bien que la educación católica y la formación religiosa son esenciales para el desarrollo de la fe.
En la celebración de la Semana de las Escuelas Católicas de 2009, continuamos haciendo énfasis en los valores y la importancia de nuestras escuelas católicas.
Además de mantener la excelencia académica y de formación, nuestros pastores, administradores escolares y maestros saben bien que mantener nuestras escuelas económicamente a flote requiere dedicación y trabajo arduo.
Como me comentó recientemente un pastor, parece que bien vale la pena cuando observamos el obsequio que les estamos entregando a nuestros niños y jóvenes. En nombre de todos los estudiantes les expreso nuestro agradecimiento a todos aquellos que apoyan generosamente nuestras escuelas, a costa de un gran sacrificio.
Durante mi lucha contra el cáncer, hacia el final del pasado año escolar, recibí notas y tarjetas artesanales de innumerables niños de nuestras escuelas. Respondí a la mayoría de ellas, pero descubrí un lote más al que no había respondido.
Los estudiantes de segundo grado, ahora en tercero, de la escuela St. Nicholas en Ripley County, tenían preguntas y comentarios que nos brindan otro ejemplo de lo mucho que reciben durante los primeros años de su educación elemental. Todas sus notas prometían oraciones para que recobrara la salud. Cito aquí varios de sus comentarios adicionales.
Nathan escribió: “Estoy contento de ir a una escuela católica porque rezamos mucho. Y como sabe, aprendimos a escribir en cursiva porque le estoy escribiendo ahora.”
Varios estudiantes mencionaron que la escritura cursiva era algo nuevo para ellos.
Nicole escribió: “Cuando reciba la confirmación iré a visitarlo. ¿Cuál era su materia favorita en la escuela? …. Me encanta la escuela.”
Varios estudiantes mencionaron esperar con ansias su confirmación. La Lectura era mi materia predilecta. Todavía me encanta leer.
John incluyó un par de preguntas: “Obispo Daniel ¿es divertido ser obispo? Además, ¿es difícil? Rezamos un rosario en la clase. Rezamos todos los días ¿usted también? ¿Cuántos años tiene?”
Cerró su carta con el comentario: “Debe de ser difícil ser un obispo.”
Su nota es bastante aguda para un estudiante de segundo grado y debió darle cierta consideración a lo que significa ser obispo.
Ser pastor de aproximadamente 300,000 católicos, sin mencionar la supervisión de los recursos humanos y económicos necesarios para llevar a cabo el ministerio, puede llegar a ser todo un desafío.
Pero las bendiciones sobrepasan por un gran margen todos los desafíos. Rezo mucho. Resulta un privilegio y una dicha poder celebrar los sacramentos; por ejemplo, la confirmación. Considero que la conciencia de John sobre el rosario a tan temprana edad es algo prometedor. Me preguntó cuántos años tenía. El pasado 20 de abril tenía 70 años.
Sean también tenía una pregunta: “¿Puede mangonear a la gente?” Añadió: “Soy su amigo. No veo la hora de recibir la confirmación.”
No veo mi función de arzobispo como de “jefe.” Pero de hecho, lo soy. Trato de recordar las palabras de la ordenación: Vengo “a servir y no a ser servido.” Estas palabras forman parte del rito de ordenación de diáconos, sacerdotes y obispos.
Eli escribió: “Estamos aprendiendo las partes de la Misa. Soy mejor en Lectura. Tengo dos hermanos.”
Que los estudiantes de segundo grado estén aprendiendo a comprender la Misa es una buena preparación para la Primera Comunión y además, para una vida de fe. Tener estos cimientos a tan temprana edad, junto con sus compañeros de clase, tiene que ser una bendición. A veces pienso que nuestros niños y jóvenes son mucho más capaces de aprender y entender de lo que queremos anticipar.
Bill escribió que espera con ansias recibir la confirmación porque entonces “me darán una Biblia.” Sospecho que un hermano o hermana mayor recibió una Biblia cuando fue confirmado. Bill se dio cuenta y quedó impresionado.
Sarah escribió: “¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?” A mí me gusta jugar con mi cachorro y mis amigos. Aprendimos a escribir en cursiva. Terminamos nuestros 10 Mandamientos.”
Parece que los estudiantes de segundo grado del año pasado recibieron una buena base en religión. Obviamente, nuestras escuelas católicas pueden dedicar mucho tiempo valioso a la enseñanza de la religión.
Becky escribió que “la religión es mi pasatiempo.” No es un mal pasatiempo para una niña de segundo grado. Para responder la pregunta, cuando tengo tiempo libre me gusta leer.
Claire preguntó: “¿Desde cuándo ha sido sacerdote?” El próximo mayo habré estado ordenado durante 45 años de bendiciones.
Me imagino que ese número será impactante para un estudiante de tercer grado, pero me complace saber que el sacerdocio ronda sus pensamientos.
Nuestras escuelas son una bendición. †