Buscando la
Cara del Señor
El amor de Jesús nos estimula a caminar imitando su amor
(Primero de una serie)
Dónde estabas tú cuando lo condenaron al madero?”
En el folleto Stations of the Cross for Parish and Private Recitation (Las Estaciones de la cruz para recitación en la parroquia y en privado) (generado por computadora por Robert Wright en Memphis, Tenn., 1992), la canción “Where you There?” fue adaptada para el Vía crucis.
Este himno inolvidable que se originó en la cultura afroamericana es del dominio público y suscita preguntas como estímulo para la oración y reflexiones diversas sobre el camino al Calvario.
La primera Estación de la Cruz conmemora la condena de Jesús al comienzo de su Pasión. Leímos en el Evangelio según San Mateo “... viendo Pilato que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: ‘Soy inocente de la sangre de este justo; ¡allá vosotros!’ ” (Mt 27:24).
El hecho de que Jesús fuese inocente, incluso así declarado perentoriamente por Pilato, no evitó una sentencia de muerte. Naturalmente, aunque sabemos la historia, no podemos menos que sentirnos impactados por la injusticia que significó.
Jesús no había cometido ningún delito. Aparentemente nadie estuvo allí, incluyendo sus amigos más cercanos ni sus discípulos, para defenderle.
En retrospectiva, nuestros pensamientos nos mueven rápidamente a sentir compasión por él. Jesús se estaba rindiendo ante lo inevitable por amor a los pecadores y eso incluye a todos los pecadores, a nosotros también. Es adecuado que con toda honestidad reconozcamos que nuestros pecados fueron parte de la carga que Jesús soportó.
Dando un paso hacia atrás, debemos también orar porque no juzguemos y condenemos a otros a causa de la ignorancia.
No puedo menos que pensar en la situación difícil de muchos inmigrantes indefensos en nuestro país hoy en día. Son juzgados mayormente en base a rumores prejuicios. La campaña de odio ocasional llevada a cabo por la radio u otros programas de opinión podría muy bien comprenderse como una réplica de lo que estaba sucediendo en el juicio y la condena de Jesús. La información incorrecta que se manipula para hacerla aparecer como verdad es un hecho tanto injusto como deshonesto.
El juicio de Jesús fue una burla. Cuando reflexionamos en la mofa que soportó, es evidente que el miedo fue una causa que motivó el odio, en este caso, miedo a la autoridad de Jesús.
El miedo de Pilato es irónico porque el poder de Jesús fue el de la simplicidad y la humildad. Su única preocupación por el reino de este mundo fue la de obtener la salvación. Pero, como es frecuente, el miedo hace que no ocurran cosas buenas.
Pilato le temía a la multitud y prefirió retirarse. En el juicio de Jesús, la psicología de la turba prevaleció. Pilato concedió a la turba la opción de que un asesino, Barrabás, fuese liberado en vez del inocente Jesús. Jesús fue condenado a morir como un delincuente.
Resulta provechoso considerar si a veces permitimos que “la turba” piense por nosotros y juzgue lo que es correcto y lo que no lo es. Por ejemplo, en nuestra interacción con los medios de comunicación de nuestros días, puede darse el caso de que a menudo exista un “remolino mediático” destinado a perfilar la opinión en el foro público.
Cuán a menudo los titulares de las historias en las noticias, bien sea en la prensa o en la televisión, no son fieles al contenido de las historias. Qué desafortunado que muchos de nosotros vivimos de esos titulares y no ejercemos nuestro juicio crítico de los hechos.
Cuán a menudo las “historias” de las noticias se manipulan para crear noticias. Me parece que como padres y maestros o líderes pastorales tenemos una responsabilidad especial de colocar el lente de nuestra fe en relación a la evaluación de las comunicaciones que nos influencian tan profundamente.
Es particularmente importante para la gente de fe reconocer el impacto que la cultura secular materialista puede tener en nuestro modo de pensar.
Por ejemplo, pienso en la imposición del “estilo” sobre nuestra juventud. “Todo el mundo lo hace” es la respuesta que esperamos de los jóvenes.
Cuando se convierte en un eslogan social, nos encontramos inmersos en una cultura de la inmadurez. La psicología de las masas puede infectar una cultura en muchas formas. En nuestros días, somos testigos de la degradación del matrimonio y de la familia como resultado.
Jesús aceptó y soportó la flagrante injusticia en su juicio como expiación por nuestros pecados. Su motivo inexpugnable marcó la diferencia para todas las gentes en todas las épocas. El poder de la divina verdad prevalece y nos mueve a actos de esperanza y amor en nuestra cultura. A medida que avanzamos en el Vía crucis hacia el Calvario, el amor de Jesús nos estimula a caminar con confianza y en imitación de su amor. Su camino es el correcto.
“¿Dónde estabas tú cuando lo condenaron al madero?” La pregunta implora una respuesta de nuestras mentes y corazones, de nuestras palabras y obras. †