Mensaje de Navidad del Arzobispo Charles C. Thompson
Mary and the Christ Child are depicted in this stained-glass window located in Prince of Peace Church in Madison. The feast of the Nativity of Christ, a holy day of obligation, is celebrated on Dec. 25. (Photo by Laura Jayne Gardner Photography)
Queridos hermanas y hermanos en Cristo:
¡Reciban un cordial saludo navideño! Hace más de 2,000 años Jesús llegó a un mundo muy fracturado. Conforme nos reunimos para señalar el nacimiento del Verbo encarnado, nuestra celebración tampoco está desprovista de agitación y de pecado. Sin embargo, los retos que enfrentamos hoy en día afectan a la Iglesia y al mundo. Incluso en medio de cualquier sensación de dolor, desilusión y odio, estamos llamados a dar testimonio de la esperanza y la alegría del Evangelio.
Los retos y las oportunidades abundan, tanto en el centro y el sur de Indiana, como en toda la Iglesia y el mundo. Siguiendo el espíritu de la Navidad, elevamos las obras de nuestra Iglesia local a la gracia transformadora de Dios que nos ha traído la salvación en Jesucristo y a través de él. Como miembros del Cuerpo de Cristo, busquemos juntos acercarnos todavía más a Dios y entre nosotros a través de la compañía, el diálogo, el discernimiento y el encuentro como discípulos misioneros. No debemos permitir que las fallas de unos pocos eclipsen el maravilloso testimonio de muchos otros en los diversos ministerios y servicios de la Iglesia a través de la formación católica, los servicios de salud, la caridad, la mayordomía y el trabajo comunitario.
La celebración de la Navidad nos deja ver claramente que el Señor eligió entrar en nuestros corazones, en nuestras familias y en el mundo para sanar heridas, perdonar los pecados y facilitar la reconciliación en las relaciones. Mientras reflexionamos sobre la vida de la Sagrada Familia durante toda la época de la Navidad, recordemos lo esencial que es mantenernos centrados en Cristo en nuestro llamado bautismal a la santidad.
La Arquidiócesis de Indianápolis ha sido bendecida con sus propios tesoros, incienso y mirra, a saber: el tesoro de la gente maravillosa que integra el clero, los religiosos y los laicos, el incienso que transmite el dinamismo de nuestras parroquias y la mirra de nuestra rica tradición católica. Todo esto lo ofrecemos en honor de Jesucristo nuestro Rey.
Deseándoles bendiciones para la Navidad y el Año Nuevo, quedo
piadosamente de ustedes en Cristo,
Arzobispo Charles C. Thompson
Arzobispo de Indianápolis